Embarazo en gatas.
Al igual que nosotros, las gatas tienen picos de fertilidad en los que pueden quedarse embarazadas: es lo que se conoce como "estar en celo". Las gatas están en celo una vez cada tres semanas, así que ¡hay un montón de posibilidades de que tu mascota se quede embarazada!
Si deseas evitar una camada de gatitos inesperada, te recomendamos esterilizar a tu gata antes de su primer celo, ya que puede quedarse embarazada con mucha facilidad desde ese momento. Dado que criar una camada puede resultar estresante para tu gata y costoso para ti, te recomendamos dejar la crianza a los expertos (si es posible).
La gestación de una gata suele durar entre 63 y 67 días, pero puede ser difícil saber exactamente cuánto tiempo lleva embarazada. El período de gestación de una gata puede variar desde un mínimo de 61 días hasta un máximo de 72 días.
Es probable que tu gata no muestre ningún síntoma físico de gestación hasta pocas semanas antes del parto. Si crees que tu gata está embarazada, llévala al veterinario para confirmarlo.
Si quieres saber cómo reconocer por ti mismo si tu gata está embarazada, existen varios signos físicos que podrás detectar a partir de la segunda o tercera semana.
Cómo saber si una gata está embarazada
- Aproximadamente, a los 15 18 días de gestación de tu gata, podrás notar que sus mamas aumentan de tamaño y enrojecen.
- SAl igual que ocurre con las náuseas matutinas de las mujeres, la gata gestante puede atravesar una etapa de vómitos. Si notas que sus náuseas aumentan o que padece algún otro malestar, ponte en contacto con tu veterinario.
- YLa barriguita de tu gata empezará a hincharse, pero evita tocarla para no lastimarla ni a ella ni a sus gatitos. Pueden existir otras causas para la hinchazón abdominal: observa atentamente tu gata para detectar cualquier signo de enfermedad y consulta a tu veterinario si estás preocupado.
- Una futura mamá aumentará poco a poco entre 1 y 2 kg de peso (dependiendo del número de gatitos que espere): ésta es una señal evidente de que está embarazada.
- Las gatas suelen experimentar un aumento de apetito durante la gestación, lo que también contribuirá a su aumento de peso. El aumento de apetito también puede ser un signo de lombrices o de enfermedad, por lo que debes consultar a tu veterinario para confirmarlo.
- Tu gata puede volverse más maternal, en el sentido de que ronronea más y demanda una atención adicional por tu parte.
- Algunos veterinarios pueden diagnosticar el embarazo mediante una ecografía, a veces desde los primeros 15 días de gestación. Es posible que, sobre el día 40 de gestación, el veterinario también pueda indicarte ya cuántos gatitos espera tu gata. Ten en cuenta que en el embarazo de una gata, un gatito más grande puede ocultar a otros más pequeños en el útero, ¡así que puedes encontrarte con más gatitos de los que esperabas!
- Si tu gata rechaza la comida, está inquieta y busca un lugar apartado donde instalarse, puede deberse a que su parto está a punto de comenzar.
- La temperatura corporal de tu gata descenderá a aproximadamente 37,8 °C entre 12 y 24 horas antes del inicio del parto.
- Justo antes de dar a luz, la mamá puede maullar más, mostrarse agitada y querer lamerse constantemente.
- El parto debería empezar con fuertes contracciones abdominales, seguidas de cierta cantidad de secreción vaginal. Si la secreción es espesa y negra, o sanguinolenta, avisa a tu veterinario.
- Después de esta secreción, ¡los gatitos no se harán esperar!
Aunque tu gata debería ser totalmente capaz de ocuparse del parto por sí misma, asegúrate de estar preparado cuando se acerque la recta final de su embarazo. Es bueno permanecer a su lado para ayudarla con palabras tranquilizadoras, e intervenir si surgen complicaciones.
Hay varias señales que indican que los gatitos están en camino.
Signos de que el parto es inminente
La mayoría de los partos felinos discurren tranquilamente y no tendrás que intervenir. Hay algunas señales, tales como secreción con manchas o esfuerzo de la madre sin que lleguen los gatitos, que pueden sugerir complicaciones. Si percibes estas señales o tienes alguna otra preocupación, habla con tu veterinario. Consulta nuestra guía sobre parto y nacimiento en gatos para más información sobre el parto de las gatas.
Consejos para un embarazo saludable de tu gata
Un aporte adicional de proteínas y energía mantendrá a tu gata fuerte durante toda la gestación. La fórmula estándar de comida para gatos adultos es adecuada para la alimentación habitual, pero no contiene los nutrientes adicionales que necesita la futura mamá. Te recomendamos volver a la alimentación para gatitos desde el comienzo de la gestación hasta que los gatitos hayan sido destetados.
Alimentar a la madre con comida para gatitos favorece también a sus pequeños. No sólo significa que recibirán leche de gran calidad, sino que también ayudará a destetarlos, ya que la imitarán y probarán la comida que ella come.
Cambia la comida de tu gata lentamente, añadiendo gradualmente la fórmula para gatitos a su comida habitual durante 7-10 días hasta sustituirla por completo. Hacerlo así ayudará a evitar molestias estomacales a tu gata.
Si tu gata sigue una dieta especial por motivos de salud, o si tiene un estómago sensible, habla con tu veterinario antes de cambiar sus hábitos de alimentación.
Mimos para gata embarazada
A medida que las hormonas del embarazo comiencen a actuar, es probable que tu gata se muestre más cariñosa y demande más mimos. El amor y el cariño son fundamentales en el cuidado de una gata gestante, pero es importante recordar que a medida que su cuerpo cambie, tendrás que tratarla con mayor delicadeza.
Aunque es seguro acariciar a tu gata embarazada, ten cuidado de evitar su barriguita. Esta zona estará muy sensible y cualquier contacto puede incomodarla o hacer daño a sus gatitos. Si tienes que coger a tu gata, hazlo sosteniéndola bajo las patas, en lugar de tocar su estómago.
Evita las actividades bulliciosas cuando la gestación de tu gata se acerque a su término y déjala a su aire en la medida de lo posible. Tendrás que ayudarla a permanecer lo más tranquila posible en este momento, ya que un exceso de dinamismo puede provocarle estrés.
Vacunaciones
Lo ideal es que tu gata haya recibido todas sus vacunas antes de iniciar la gestación. Las madres sanas transmiten su inmunidad a los gatitos a través de la leche, por lo que es bueno asegurarse de que sus niveles de anticuerpos estén al máximo. Tu veterinario puede hacer un análisis de sangre para comprobar sus niveles de anticuerpos y confirmar si necesita vacunarse o no.
Recuerda que si tu gata ya está embarazada y necesita vacunarse, no será posible administrarle ciertas vacunas durante la gestación. Pregunta a tu veterinario qué vacunas son seguras tanto para la mamá como para los gatitos.
Si tu gata no está vacunada cuando tenga a los gatitos, no te preocupes. Todo debería salir bien, pero si tienes dudas, consulta a tu veterinario.
Parásitos
Como las lombrices pueden pasar de la madre a los gatitos, es importante continuar con el tratamiento de desparasitación durante todo el embarazo. También debes mantener su tratamiento para las pulgas, pero consulta a tu veterinario si el producto que utilizas es seguro para ella y para sus gatitos.
Complicaciones
Las gatas tienen la suerte de disfrutar de embarazos que suelen ser muy sencillos y sin complicaciones. Las complicaciones en la gestación de las gatas son poco frecuentes, soliendo limitarse a abortos espontáneos al principio del embarazo.
Aborto espontáneo
Si tu gata tiene un aborto espontáneo, no se alterará por ello y probablemente no te darás ni cuenta a no ser que se produzca en un punto avanzado de la gestación.
Si fuese éste el caso, lleva a tu gata al veterinario para confirmar con un chequeo que no existe riesgo de infección.
Cesárea
Aunque es poco frecuente que se produzcan problemas durante el parto, algunas veces puede ser necesario realizar una cesárea. Este caso puede darse si la madre ha sufrido un trauma pélvico previo (una fractura, por ejemplo) o si pertenece a una raza caracterizada por tener una cabeza o tamaño corporal anormalmente grandes, como es el caso de los persas.
También es posible que tu gata necesite una cesárea si, durante el parto, pasa más de una hora empujando y los gatitos no salen. En caso de que esto ocurra, pide ayuda urgentemente a tu veterinario.
Eclampsia
Las gatas son mucho menos propensas que las perras a presentar problemas de falta de calcio durante o después de la gestación (eclampsia).
No obstante, para asegurarte, presta atención a tu gata en caso de que muestre espasmos, nerviosismo y agitación: son síntomas de eclampsia, que pueden desembocar en convulsiones si no se tratan a tiempo.
Hacer un "nido"
Durante las dos últimas semanas de gestación, anima a tu gata a permanecer dentro de casa para asegurarte de que no tenga a los gatitos en el exterior. Puedes ayudar a tu gata a prepararse para el parto construyéndole un "nido" donde pueda descansar cómodamente, y utilizarlo durante y después del parto.
Lo ideal es una caja de cartón rellenada con papel, mantas o toallas. Asegúrate de que la caja sea lo suficientemente grande y alta para que la mamá y su camada quepan cómodamente ¡y ningún gatito aventurero pueda escaparse! Coloca el nido en un lugar agradable a temperatura ambiente para que esté cómoda.
No te sorprendas si, en el momento de parir a sus gatitos, tu gata elige un lugar diferente del nido que has preparado. Si eso ocurre, no tengas miedo de llevar a los gatitos recién nacidos al nido. En cuanto hayan nacido podrás manejarlos fácilmente: la gata no los abandonará ni los lesionará porque tú los hayas tocado. La gata puede cogerlos y llevarlos de vuelta al lugar que ha elegido ella, pero si crees que están mejor en el lugar donde tú los habías puesto, vuelve a llevarlos allí. Asegúrate de que se mantengan calentitos cuando su madre no esté con ellos: te recomendamos que uses una bolsita térmica apta para microondas en lugar de una bolsa de agua caliente, ya que podrían pincharla con los dientes o con las uñitas.
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